No sé muy bien si este puede ser tu caso o el de alguien cercano a ti… la persona manifiesta encontrarse en crisis a nivel emocional y/o espiritual por lo que trata de emplear técnicas para crecer interiormente, pero las estrategias de cambio que emplea rara vez le son útiles. No funcionan con ella pese a tratarse de técnicas avaladas por su eficacia. ¿Qué es lo que puede estar pasando aquí?
Verás nuestra mente suele operar a dos niveles muy distintos: Consciente e inconsciente. Activando además múltiples sistemas de creencias globales e individuales de forma automática. Dichos sistemas constituyen un conjunto de patrones mentales que por encontrarse muchas veces escondidos y ocultos en las zonas más inconscientes de nuestra psique, no nos damos cuenta de que nos están condicionando.
Nuestras creencias individuales son las que tienen que ver con nuestra identidad, con el patrón mental que hemos construido para definir a la persona que consideramos ser en base a nuestras experiencias e historia.
Si la persona que consideramos ser y con la cual nos identificamos “decide” sanar algún aspecto que tenga que ver con ella, inevitablemente tendrá que adentrarse en un proceso de cambio a nivel mental que requiere la revisión de muchas de sus creencias originales. Las resistencias más severas surgen cuando al realizarse dicha revisión el yo con el que se identifican a nivel individual –su ego- se ve de venir que el resultado de dichos cambios supondrá una “muerte simbólica de la personalidad” tras la que se esconde.
Como el mayor triunfo de esta programación mental es el de hacernos creer que esos pensamientos que abandera “soy yo”, nos inducirá miedo para que abandonemos esa decisión tomada desde la persona – por eso antes te lo he entrecomillado- para seguir perpetuando dicha identificación.
Y para conseguir sus objetivos, hacernos abandonar, recurrirá a diferentes tácticas o estrategias. Te cito las más comunes aunque existen muchas más:
Para empezar buscará que nuestra atención siga centrada en la forma -en lo externo- para que nos mantengamos distraídos del contenido -los pensamientos que alberga la mente-. Y de este modo sigamos creyendo que nuestros problemas están fuera en el mundo y no dentro de nuestra mente.
Como ha logrado que idealicemos nuestro marco de creencias nos mantendrá apegados a muchas expectativas. La trampa aquí es creerse que una ilusión es mejor que otra -detrás de todas se esconde el miedo-. Porque lo cierto es que muchas personas emprenden el camino de crecimiento interior para modificar su personaje tratando de mejorar su relación con las ilusiones. Por eso la sanación, tomar conciencia de que todo es una ilusión, no les seduce y abandonan.
Al tratarse de una programación de carencia, escasez y miedo a la pérdida, mientras pensemos así, siempre vamos a depender de algo exterior y vamos a permanecer enfocados en poner toda nuestra energía en conseguir eso que nos falta.
Como ha logrado invertir la causa-efecto haciéndonos creer que no tenemos ninguna responsabilidad sobre las experiencias que nos ocurren en la vida, por encontrarnos a merced de las circunstancias que nos rodean, consideramos que nada de lo que hagamos dará resultado porque no está en nuestras manos. Y como no nos hacemos responsables de lo que nos ocurre buscamos como mucho que nos curen cediéndole nuestro poder y nuestra responsabilidad a un tercero.
Muchas de estas dinámicas las mantiene activas para mantenernos desconectados y distraídos del sistema de alarma que tiene nuestra mente Ser para avisarnos de que vamos por mal camino: las emociones. Por eso cuando las exploramos lo primero con lo que nos vamos a encontrar es con nuestro dolor y con todas aquellas cosas que os hacen sufrir porque aún están pendientes de resolver. Para que rápidamente bloqueemos esas emociones y no sigamos ahondando en lo que se encuentra más allá de ellas.
Pero quizá la triste treta de la programación ego dónde es más hábil es la pericia que tiene para que entremos en el auto engaño. Sobre todo para hacernos creer que nuestras motivaciones al actuar buscando la sanación provienen de elecciones de nuestra alma y no de sus caprichos y preferencias.
Así que en resumen, y esto te lo muestro con todo el amor del mundo para ayudarte a sanar si ese en verdad es tu objetivo, lo que se esconde detrás de muchas de estas dinámicas ocultas y lo explica que muchas técnicas no nos funcionen es lo siguiente:
Nuestro proceso de cambio lo sigue controlando nuestra programación ego para mejorar al personaje, al permanecer aún anclados a sus dinámicas.
No estamos siendo honestos con el propósito que perseguimos al recurrir a terapias y técnicas, porque seguimos buscando que mejore nuestra forma de relacionarnos con las ilusiones de fuera que aún sostenemos.
No estamos comprometidos con nuestro proceso al no hacernos 100% responsables de él. Y seguimos cediéndole nuestro poder interno a la técnica o al terapeuta. Manteniéndonos en la expectativa de que alguien de fuera nos cure en lugar de sanarnos nosotros desde dentro.
Nos quedamos en la teoría pero no pasamos a la práctica enfrentándonos con nuestras emociones para desbloquearlas.
Ante la primera de las muchas resistencias que nos pondrá el programa ego mientras lo depuramos, no confiamos en el proceso y dejamos de movilizar nuestra voluntad y nuestro potencial para lograrlo.
Buscamos solucionar problemas puntuales en lugar de cambiar de forma radical nuestra programación mental desde su base. Seguimos siendo permisivos y por lo tanto colaboradores necesarios del sistema de pensamiento ego.
Por último y ya para concluir sólo comentarte que la puerta hacia la verdadera sanación pasa por aceptar, comprender e integrar en ti, las enseñanzas que los problemas que tienes vienen a mostrarte. La clave para dejar de sentirte en crisis reside en que de forma consciente encauces tu proceso para reencontrarte con la verdad y con tu autenticidad interior dejando que sea tu mente esencia la que guíe tus pasos.