top of page

¿Por qué una imagen vale más que mil palabras? Escúchate al ordenar tus ideas y lo comprenderás.

¿Recuerdas que en uno de mis post anteriores pese a erigirme como una firma defensora de la palabra escrita por aquello de amar mi profesión, reconocí que estaba de acuerdo con dicha afirmación? Si aceptaste el reto de poner en orden tus ideas para desalojar el caos de tu mente, y ya de paso de tus circunstancias vitales, déjame exponerte hoy a que se debe tal afirmación.

Solo lograremos poner orden en nuestras ideas si nos dedicamos a escuchar "qué" es lo que estamos pensando, sin dejarnos atrapar por la idea de que lo sabemos. Es decir, las ideas que albergamos son una sombra, cuya luz está en el verbo, en el logos, en la palabra... son una proyección de las palabras que utilizamos para definir - y ahora me ciño únicamente al contexto de nuestra sanación interior- el problema que tenemos o lo que nos pasa. Lo que equivaldría a decir, si no nos detenemos antes a escucharnos, que desconocemos los pensamientos que nos habitan hasta que los nombramos.

Por si te resulta complicado consensuar con este enfoque, déjame decirte que esto es algo que en el contexto de una sesión terapéutica emerge a diario: cuando le preguntas al interesado qué le ha llevado hasta allí o qué cree que le pasa, con un poco de suerte te dirá que porque se encuentra mal o que tiene un problema con tal o cual persona - por supuesto siendo la "culpable" siempre la otra -, y si le aprietas para que defina el conflicto que lo angustia mientras le ayudas a poner en orden sus ideas, el interesado en cuestión será el primer sorprendido cuando se oiga nombrando lo que esa vaga definición inicial que te dio trató de ocultar.

Y si tenemos en cuenta que el universo funciona respondiendo a la definición del "concepto" que hay detrás de la imagen, si nombramos algo distinto a lo que en nuestras ideas suponíamos que estábamos diciendo, "eso" que estamos nombrando es lo que está en realidad en la mente tratando de proyectarse en el mundo físico. Dicho de otro modo, la imagen precede a la palabra en la ecuación de nuestra sanación. Por eso, si estamos interesados en obtener algún tipo de cambio o resultado satisfactorio en el área de nuestra vida que estemos trabajando para sanar, la imagen siempre "vale" más. Razón por la cual también, los decretos y afirmaciones que muchas veces utilizamos para cambiar nuestra realidad no funcionan en la mayoría de los casos por más que nos los repitamos, y no funcionan simplemente porque hemos cambiado las palabras pero no la imagen oculta que había tras ellas.

¿Eso quiere decir que las palabras quedan devaluadas en la ecuación? Pues quiere decir justo lo contrario, porque las palabras, si nos entrenamos en el arte de la escucha, nos ayudarán a descubrir dónde esta el origen del conflicto que tratamos de resolver y nos ayudarán a definir de forma concreta la imagen de eso hacia lo que nos queremos dirigir en lugar de hacia eso a lo que nos dirigíamos sin darnos cuenta.

Y como soy consciente que la reflexión de hoy es algo densa, por último y para que no te desalientes por el camino déjame hacerte una última recomendación, o al menos una sugerencia que llegados a este punto a mi me resultó de mucha utilidad. Por el nivel de caos con el que manejamos nuestras ideas y por lo poco acostumbrados que estamos en el arte de la escucha activa, en lugar de abrumarte por la cantidad de cosas que pueda llegar a parecerte que tienes que trabajar para sanar, comienza a poner en orden y a escucharte mientras lo haces, por aquellos conflictos que a día de hoy te susciten más miedo. Si te deshaces de las cargas más pesadas al principio, en cada paso que transites del camino te sentirás más ligero porque estarás poniendo luz precisamente en los puntos más oscuros de tu sombra, ya que "cuanto más miedo te dé" equivale a decir que "más urgente es que lo resuelvas" si lo que quieres es sentirte bien.

Feliz finde!!!.


コメント


bottom of page