Cuando por la razón que sea tomamos la decisión de sanar nuestras heridas, solemos llegar a ese punto de nuestras vidas con una enorme carga de sentimientos negativos, actitudes y creencias... que año tras año, vamos acumulando y registrando dentro de un gran almacén o archivo mental y corporal. Un cúmulo de registros, la mayor parte de las veces, que quedan grabados de forma inconsciente y con los cuales nos solemos identificar dado que configuran nuestra personalidad-nuestro "Yo".
Ahora bien, lejos de lo que muchas personas creen, no son los pensamientos o los hechos vividos los que son dolorosos, lo que nos duele son los sentimientos que los acompañan. Realmente es la presión acumulada de sentimientos la que provoca el tipo de pensamiento que tenemos. ¿Quieres tomarte en serio los post anteriores y retomar el paso uno para poner orden en el caos de la idea? ¡Espero que tu respuesta haya sido afirmativa porque voy a seguir escribiendo un poco más para ayudarte a que lo logres!
Antes de arremangarte y tratar de poner orden en los más de 60.000 pensamientos de medía que cruzan la mente de cualquier ser humano a diario, sería bueno para ti que conocieses cuales son los tres mecanismos mentales desde los que los sentimientos controlan tu forma de pensar: Supresión, Expresión y Escape. Conocerlos al detalle te ayudará a hacer consciente, eso que ahora mismo, escondes en la trastienda de tu psique... ¡Te habrá llegado el maravilloso momento de vértelas cara a cara con tu sombra! ¡Si esa que tratas a toda costa de ocultar y negar! Así que por favor presta atención, porque solo así podrás aprender a dejar ir todo aquello que está interfiriendo en tu sanación.
Supresión: Cuando reprimimos un sentimiento suele ser porque hay detrás una gran carga de culpa y miedo. Cuando esto ocurre, la mente para protegerse del dolor trata de negar o proyectar dichas sensaciones, o bien bloqueando el sentir en el primer caso, o bien colocándole la culpa a un tercero en el segundo caso.
Expresión: Otras veces en cambio las sensaciones son expresadas y aireadas, ya sea de forma verbal o afirmadas desde el lenguaje corporal, pero la mente sigue protegiéndose del dolor porque sólo llega hasta la expresión de los sentimientos negativos dejando salir la suficiente presión interior que le ayude a que el resto de la carga siga siendo suprimida.
Escape: Por último la mente puede optar por evitar confrontarse con los sentimientos negativos buscando cualquier vía de diversión. Este suele ser el caso de todas las personas que tienen miedo de enfrentarse así mismas, recurren a esta estrategia buscando precisamente huir de la soledad que les aterra.
¿Te identificas con alguna de estas tres estrategias? Si de verdad quieres aprender a dejar ir, plántale cara a tu sombra y trata de hacer conscientes tus sentimientos de dolor, no los suprimas, no los expreses a medias y no busques vías de escape. Se valiente, compromete con tu proceso y déjalos crecer, permanece con ellos y deja que sigan su curso sin querer que sean diferentes, acepta que dichos sentimientos están ahí... Hasta permitir que se libere la energía desde la que se nutren. Cuando lo hagas, por ti mismo comprobarás como tus pensamientos y emociones comienzan a ponerse en orden. Estarás comenzando a vaciarte de muchos de los condicionamientos de ese "Yo" que hay que trascender para poder sanar y estarás dejando espacio libre para que lleguen nuevas experiencias de vida.
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