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Las señales se desvelan mientras ejercen de faros que alumbran nuestro camino.

Complicado eso de no perderse por el camino cuando estamos dispuestos a sanar ¿Verdad? y las de vueltas que damos a veces por interpretar lo que está ocurriendo desde los intereses de nuestro "yo". Pues si fuiste capaz de no detenerte ante los obstáculos por muy oscuro que pintase el recorrido, y te detuviste a revisar los pasos anteriores desde el enfoque que te fui mostrando, ya es hora que comprendas cual es el sentido que tienen las señales en todo este proceso. Porque inevitablemente las señales van a comenzar a asaltarnos. El plano físico comenzará a reflejarnos en lo externo, lo que se estuvo "cocinando" dentro.


Por eso me gustaría que las comprendieses como "pequeños faros" que pueden ayudarnos a no extraviarnos de nuestro objetivo. Ahora bien, si te ocupas de no interpretarlas, sino más bien de desvelarlas, te darás cuenta de que por mucha que sea la luz con la que intenten alumbrar nuestros pasos, no siempre estarán ahí para mostrarnos que vamos bien, en muchas ocasiones sobre todo al principio, su función será la de alertarnos de todo lo contrario. Es por esto que te encontraras a tu paso con señales armónicas e inarmónicas. ¿Las segundas deben desanimarte? Te diría que NO porque más bien son el medio que utiliza la vida para regalarte la oportunidad de corregir tu trayectoria a tiempo, por lo que concluiría diciéndote que si no las desatiendes su valor es inmenso.


Y te diría también que caso que fuesen en primera instancia armónicas, no te vengas arriba demasiado pronto, sigue siendo cauteloso, porque de sean del tipo que sean, suelen venir acompañadas por una interesante "compañera de camino", voy a referirme a ella hoy así, a la que antes o después te deberás de acostumbrar.. la Esfinge. Figura de la que te hablaré próximamente.






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