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Llego hasta verte bien; pero que no te vea mejor que a mí.

Si estas cansado de decepcionarte una y otra vez porque percibes que tu felicidad o tus logros no son bien recibidos por las personas de tu entorno más cercano este post es para ti.

En un mundo muy vinculado aún a la densidad de la materia en el que prima más el TENER que el SER, en el que hemos sido educados para competir y compararnos y dónde se suele confundir con mucha facilidad el éxito con los logros materiales, todo aquel que destaque por SER que se prepare para ser envidiado. Es una de las consecuencias “lógicas” derivadas de traer luz a este mundo. Y verás el por qué.

Para cualquier ego – recuerda que esta es una programación mental de carencia- no hay nada más letal que ver en el otro eso que juzga que le falta para ser feliz. Por eso envidia –emoción tóxica y dañina donde las haya – al que lo tiene. Dado que vivimos en un mundo dónde el ego gobierna a su antojo no es de extrañar que la envidia –muchas veces encubierta- campe a sus anchas. Fíjate si esto es así que para quitarle hierro al asunto muchas veces nos auto engañamos diciendo que lo que tenemos es envidia sana… la envidia –sensación de carencia – nunca puede ser sana no te engañes más. ¿Pero qué tiene ese otro al que envidiamos? Pues “tiene” algo que desde el ego no se puede alcanzar dado que no es algo material… tiene activos todos los atributos de su SER… y los efectos que se proyectan desde dicho estado de consciencia sólo se pueden alcanzar si se deja a un lado la programación mental ego, es por ello que para TENER primero hay que SER. Y sólo se ES cuando deja de importar el TENER.

Si eres uno de los afortunados que SIENDO te estás sintiendo decepcionado por aquellos que sólo buscan TENER, te animaría a que lejos de sentirte así… sigas SIENDO y utilices el estado de consciencia que has alcanzado para discernir que en este mundo cada cual elije lo que desea experimentar… Si las personas que te rodean no se alegran por ti… comprende que reaccionan así contigo porque la luz que irradias les recuerda las sombras que aún tienen que deshacer en ellos, no te lo tomes como algo personal… No te ofusques, ellos están en su etapa del proceso como tú a tú vez te encuentras en la tuya. Pero sobre todo recuerda que tú no estás aquí para vivir un lapso kármico… sino para irradiar la luz que eres. Luz que precisamente es más que necesaria para que los que te envidian desde las sombras… puedan abandonarlas. Sigue mostrándoles el camino. Sigue SIENDO.

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